Mi perro paga con su cola
lo que nunca le he vendido
y ni siquiera he regalado.
A veces lo sorprendo bueno
sentado sobre el mundo
de ojos perdidos en mi espalda.
Luego
como ajeno
estira el sueño de sus patas
y en silencio
se acomoda a mi perruna alegría
y a todos los huesos
de mi tristeza humana.-
De Blanco y Negro - Inédito -
2 comentarios:
Precioso poema y precioso perro!
Muy bueno amigo, eres un excente poeta.
Un abrazo.
amelia
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